Quintun

18/12/11

En gustos algo he escrito

Resuenan bocinas y vítores de alegría, desde aquí observo fuegos de artificio, Universidad de Chile es campeón. No sé de que, o mejor dicho sé pero no dimensiono y menos diferencio ordinalmente entre copas futbolísticas. Habrá ganado algún mundial latinoamericano.
Pienso en el enorme abismo que me separa del hombre promedio en tema de gustos. Definitivamente no sé nada de futbol, en el entre párrafo anterior indagué y es la Copa Sudamericana la que celebran estruendosamente las gentes allá afuera -¿por qué se celebra con ruido y en forma despampanante? ¿por qué la alegría se vive así, desde cuándo?. El futbol no me interesa, me aburre mirarlo, no me alegran triunfos ni deprimen derrotas, no tengo equipo favorito, no entiendo devociones ni me cae en la cabeza la enormidad de dinero que mueve ese mundo. Y esto extrapolado a cualquier deporte: tenis, basquetbol… ¿qué otra cosa se juega? ese del bate: beisbol –¡¿cuál es el tema con arrojar pelotas?!
- Germán, Germán, Madona acaba de sacar un nuevo disco.
- Va, ¿y ese que no jugaba futbol?
- Ese es Maradona…


Mis amigos solían hablar de autos, de marcas, modelos, años, países de fabricación. Alucinaban con tener alguno de esos y defendían sus gustos con argumentos de avanzado tecnicismo. A mi háblenme de colores porque hasta para jugar al “pocho” con los escarabajos soy pésimo.
Que Mario Bros es compatible para esta consola pero para esta otra no, que Don King Kong, Zelda, que Pokemon Platinum o Indigo o lo que sea; GameBoy, Playstation, Wii o Xbox. Nada, tampoco, jamás jugué o la vez que lo hice, lógicamente, lo hice tan mal que no volví a intentarlo, no lo sé, casi no recuerdo esa edad salvo que prefería mi imaginación y los juguetes de plásticos y sus vidas y aventuras diarias.
Rock? Oh sí, el rock, ese rock en ingles tan fascinate The Rolling Stones, Pink Floyd, Kiss, Aerosmith, AC/DC, The Clash, The Police y tantos otros. ¿Diferencias? claro que las hay, historias, épocas, personas y estilos musicales muy distintos, ¿los sé diferenciar? lamentablemente no, debo ser capaz de tararear un par de canciones de cada uno, más no. No sé quienes son, ni de qué época cada uno, ni sus integrantes, nothing.
De lo que tampoco se nada es del gusto por tetas siliconadas, labios con votx, potos parados, caras pintadas. Ese gusto por la imagen de modelo de pasarela irreal, reconstruida. Y las observan babosos, niños impúberes y viejos de próstatas hinchadas, y al pasar y se dan vuelta, pasmados idiotas, a mirarles el culo mientras la mujersuela esbelta camina distinguida preguntándose en qué momento de su vida olvidó la tabla del 4 y hace cuánto que no retoca sus labios con el labial rojo, hambrienta por su dieta excesiva y urgida por esos zapatos que vio el día anterior y que no la han dejado dormir en paz. Pedante, de actitud fingida, princesita en calabaza deseada e envidiada.
Cuál es el gusto por lo que no existe? Por aspirar a tener una maquina que ande a cientos de kilómetros por hora, que cueste un dineral, sentarse a creerse más que el resto, a enrostrar su despilfarro junto a una mujer irreal a su lado, junto a una mujercita de papel couchê que luego tratarán como idiota cuando no sepa nada sobre su partidito del excelso futbol ingles, mientras ellos gritan y gozan durante hora y media con caídas y penalizaciones que comentaran la semana entrante en al hora de almuerzo. Gastar cientos de billetes en no sólo una consola de juego, porque lo quieren todo, el último sensor de movimiento, la batería y el micrófono para el guitar hero y sueñan con un LED de pulgadas exorbitante para perderse viendo el último concierto de una banda de sesentones idolatrados porque ellos, cuando se endeudaron en La Polar por casi 100 mil pesos para irlos a ver en vivo, se lo perdían sosteniendo su ultimo iphone que grababa su estridente canción favorita.

Tienen más que yo, saben más que yo? Tienen qué, saben qué?

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