Quintun

11/2/08

Metafora sobre La Amistad

Voy, habitualmente, a la tienda para adquirir a estas semillas, en extremo, frágiles y delicadas. Intento ser cuidadoso al seleccionarlas, pero más de alguna vez me he tentado y echo en el canasto las que me parecen más bonitas, sólo por su aspecto. Hay veces, también, que ellas mismas se arrojan a mi canasto, arriesgándose por mí, jugándosela. Alguna vez las que están dentro del canasto me recomiendan a otras semillas que aun están fuera. En muchas ocasiones me doy cuenta que he hecho una mala elección y debo sacar alguna de ellas y muchas semillas se enojan y se van con la expulsada; otras, sin embargo, se quedan a mi lado.
De esa forma llego al huerto, con las semillas más o menos seleccionadas. Ahora depende de mí ver que sucede.
Las planto y velo día y noche por ellas. Les compro fertilizantes y abono para que se hagan más fuertes. Hay y veces que decaen y ahí estoy cuidándolas para que se repongan y sigan creciendo. A otras les han salido espinas y se me hace imposible acércame a ellas, tienen una barrera e incluso he creído que les disgusta mi forma de ser y se protegen; aunque no he querido, igualmente, he tenido que sacarlas de mi huerto, pese a que tenían raíces fuertes, pero me hacia mal tenerlas ahí. Otras se han podrido, fuman, beben, no dan buenos frutos y han terminado por echar a perder ese lugar de mi huerto; también he tenido que sacarlas de ahí porque eligieron mal y me podían terminar intoxicando a mí.
Cada día me doy cuenta que tengo menos semillas en mi huerto, pero las que tengo son de las mejores, tienen calidad. Por eso me las he jugado por ellas y he invertido hasta lo que no tengo para sentir que están mejor. Les planeo comprar maseteros enormes, uno para cada una. Las llevare siempre conmigo y espero poder pasar el mayor tiempo con ellas, se me hace difícil estar lejos de esas semillas que me ha costado tanto tener en mi huerta.
Si, si, son pocas, pero cada una tiene su historia: a unas nunca las tome mucho en cuenta y descubrí lo buenas que eran recién ahora. Saben, dos de ellas llegaron sólo hace un mes y han crecido como ninguna otra, son buenas semillas, las aprecio mucho. A otras las he tenido de toda la vida y las quiero por el tiempo que llevan conmigo, nada sería igual si no estuvieran en el huerto. Y bueno, a otras les he dedicado hasta mis lágrimas.

Metáfora, personificación, comparación y otras figuras literarias que ni conozco (volviendo a lenguaje y comunicación jajaja)… Se me ha hecho difícil pasar al papel lo que sentía, pero necesitaba un desafío, algo distinto. Espero que me haya explicado bien y les haya gustado mi forma de ver la amistad.

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