Quintun

21/7/09

Miedo

Tengo miedo. Miedo de ser quien soy o de no ser quien quieren que sea. Miedo a hacer mal el trabajo que esperan que haga. Miedo a no cumplir. Miedo a no cumplirme. Tengo miedo de sentir miedo, miedo a decir que tengo miedo porque me da miedo lo que piensen de mi miedo.
Vengo llegando de un lugar especial que he conocido gracias a un buen amigo que hace tiempo no veía. Ha sido un día extraño, lleno de esas cosas que no esperas que pasen pero que has imaginado que suceden pero no de la forma que terminan ocurriendo.
De partida, quería tomar once con pie de limón pero un amigo me dijo que esa era una conducta burguesa, que tenía que pensar en los demás compañeros del mundo que no tenían ni para un pan. Eso me llevo a cuestionarme muchos aspectos de mi vida que ni se me habían pasado por la mente. Luego quería comer helado, pero pensé en lo que me habían dicho y termine comprando un paquete de morochas: eran baratas, ricas y se podían compartir.
Luego me llamo otro gran amigo y me dijo que podríamos juntarnos, que estaba de vuelta en Calama. Pero antes de eso fui al teatro a ver una obra que no entendí, cosa que me hizo pensar en muchas cosas y reapareció la idea de que tengo menos habilidades en comparación con el resto.
Luego llego lo peor, mi amigo que llegaba de Santiago estaba frente de mi, a su lado, otro amigo y a mi costado derecho otro. Todos me hablaban cosas que quería entender y seguir y razonar pero no podía.
Fue ahí cuando mi invadió el miedo, mi amigo de Santiago me hablaba de confianzas, de que yo debía tener un cargo importante dentro de la Jota, que me lo merecía, que debía pasar por esa escuela. Me hablaba… nos hablaba de mis habilidades, de que notaba que yo era bueno, que manejaba claves que él no había conseguido. También me decía lo que debía hacer, que mis pantalones no me acercaban a la gente común, que debía usar jeans; me decía que tenía que ser cauto con lo que me decían, corroborarlo con la realidad, ir a las asambleas de los sindicatos, empaparme de la realidad. Y ahí comenzó el miedo, ese miedo de estar de pronto en la nada, entre lo que eras, eres y quieres ser. Es ese el miedo que tengo ahora, por eso deje todo botado de la nada y me vine a mi casa a escribir.
Tengo miedo, les prometo que tengo miedo. Pero no quiero decirlo porque me dirán que no debo tenerlo, que es estúpido tenerlo. O peor aún, me dirán que es lógico tenerlo. Y ahí quedare, igual que ahora. Quiero crecer y aprender y vivir, por eso me iré a Santiago a vivir con el par de personas más complejas y completas que he conocido. Sólo por el afán de aprender y ser mejor. El problema es que siento que tengo errores dentro de mí que me vuelven inexperto e incapacitado y la sola idea de aprender a domar leones dentro de la jaula, me aterra.
Pero bueno, sin embargo aquí sigo. Buscando en internet algunas visiones de Marx, leyendo a John Maxwell, hojeando a Lenin, indagando en el cargo de Encargado de Masas. Aquí busco realidades de la gente común, intento empaparme de una u otra forma de lo que me han dicho. Ronald dice que soy muy complaciente, que ese es como mi defecto, también indago sobre eso, no entiendo qué hay de malo en intentar ver al resto alegre por una acción mía.

1 comentarios:

  • jajaja ni en internet te salvas de mis comentariios juajajaja (con voz siniestra).

    esta bien tener miedo, lo malo es que el miedo te coharte la accion.

    va ser engtretenido vivir los tres, onda es como un reality o como un show infantil, en ambos csos se requiere madures. eso po.

    sigue escribiendo aunque las frases de coelo que antes estaban y al ser cambiadas por las de lenin hacen pensar que coelo esta a la misma altura que lenin.

    eso no te webeo mas cuidate.

    chabela, chaplin.

    De Anonymous ronalcito, A las 24 de julio de 2009, 23:30  

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